Sopor

En esta hora puedo garabatearme con palabras. Puedo escapar un momento. Acabo de terminar el pequeño trabajo de Historia -que debí, prudentemente, haber hecho el fin, pero claaaro, ver películas de zombies y escribir mi wannabe novela es MUCHO más importante- y aún me falta estudiar Historia y Álgebra para los controles internos de mañana... bueno, hoy, en la pre. Tengo que comenzar a amar algunos días si no quiero pasar mal este tiempo. Al momento amo los viernes (clases relajadas en el cole, cursos y profesores favoritos en la pre, y fin de semana), los sábados (día predilecto para salir, llamar, escribir, ver películas y dormir hasta tarde), y los domingos (sólo por el relajo de tener tooodo el día para hacer lo que haya que hacer para el lunes y porque también puedo dormir hasta tarde). Creo que debería encariñarme con algún otro día, pero simplemente no se me ocurre con cuál. Tal vez los jueves, ese día me toca lenguaje en la pre con uno de mis profes favoritos, el profe "de los 28 millones de peruanos, 27 millones 900 mil se dedican a HUEVEAR".

Por lo menos ya es setiembre, uno de mis tres meses favoritos, a parte de diciembre; el otro es octubre por su connotación, y el último es un secreto. Esta vez mi queridísimo setiembre trae: mi cumpleaños (pobre de ti que no te acuerdes) y el de mi queridísima Claudia y el de Abi y el de Kimmy y el de Rodolfo y el de Leila y el de Laureano y el de Margarita. Si bien no todos van a hacer algo (yo incluído), Abi hará quino y me relajaré con ganas. También este mes sale el primer single de Humanoid, el nuevo disco de Tokio Hotel, "Automatic".

En este instante mis ojos me urgen que me largue a dormir, pero no puedo dejar de postear así nomás, he descubierto que es una forma de concretar algo tan abstracto como mi propio pensamiento, y una gran manera de comunicarlo. No me importa tener pocos lectores, yo escribo por el gusto de hacerlo.

Voy a amar setiembre, y con razón.