8.29.2010

El plan

La idea me llenó de curiosidad inmediatamente, era nuestra solución.
-Sigan. ¿Cómo vamos a hacer esto? -implicando que Green y yo aceptábamos.
-Hemos analizado la situación cuidadosamente -dijo Clay-. La costa está fuera de cuestión debido a que las ciudades y los pueblos están construidos sobre los valles y el resto es desierto. La selva no es especialmente buena para la agricultura.
-Así que iremos a la sierra. En primer lugar, el relieve nos puede permitir ver a los monstruos desde mucho más lejos si es que vienen en nuestra dirección; el clima frío también juega a nuestro favor, ya que, al estar muertos, no tienen calor corporal e irán congelándose.
-Por último, la agricultura es posible con antiguas técnicas como el uso de andenes.
Entonces me di cuenta que había un problema.
-Ustedes... ¿saben de cultivos?
Se miraron el uno al otro y luego a nosotros.
-No -respondió Clay-, pero conozco a personas que sí. Antes de venir a la costa a hacer mi primer servicio, vivía en un convento en la sierra; aparte de las monjas, que me conocen y ayudarán, el lugar era como una fortaleza situada en terreno elevado. Estoy segura que varios de los refugiados ahí tenían chacras.
-Espera -la detuvo Green-. No tenemos idea de lo que haya pasado allá...
Clay quiso responder, pero se calló al darse cuenta que decía la verdad.
-Sin embargo, es nuestra mejor opción.
Clay levantó la mirada y me dirigió una sonrisa.
-Y supongo que lo que necesitan es que compartamos nuestras provisiones para el viaje y para el tiempo que demore poner el plan en marcha. No hay problema.
-Excelente -Faer también sonrió-. Debemos levantarnos temprano mañana para aprovechar tanta luz como nos sea posible.
-Dejaremos todo listo antes de irnos a dormir y saldremos con el primer rayo de sol.
Nos repartimos la tarea de empacar todo lo necesario y comenzamos a hacerlo.
Green parecía haberlo aceptado; sin embargo, no la vi muy convencida. Se encontraba cerrando una maleta al lado de una ventana por la que entraba la luz de la luna.
-Hey...
Al dirigirme la mirada, pude ver en sus ojos el desánimo respecto al plan.
-¿Qué sucede?
-Creo que nos estamos dejando llevar, Brown. Es bastante arriesgado. Tiene que haber otra manera.
-Es arriesgado, pero vale la pena. Incluso sin el convento, el clima y el relieve nos facilitan el deshacernos de los convertidos. Estamos llevando todas nuestras provisiones, así que de todas maneras duraremos un tiempo.
Green no había estado pensando en el futuro durante el tiempo que estuvimos en la casa del grifo, solo pasábamos cada día como mejor podíamos, juntos. La llegada de Clay y Faer y su plan la habían hecho caer en cuenta de que nuestro estilo de vida no duraría para siempre. Y ahora...
-Tengo miedo, Brown.
La abracé tan cálidamente como pude y recostó su cabeza en mi hombro.
-No lo tengas. No voy a dejar que te pase algo malo. Lo prometo -terminé besándole la cabeza.

3 comentarios:

Alina* dijo...

Escribes bravaso, me encanto(:

Laura Sánchez dijo...

Me encantan los besos en la cabeza -sobre todo en la frente-, creo que son los más tiernos de todos :)

Un besito muy fuerte.

The Chooser dijo...

ese estuvo paja, pero mejores son los otros, sigue asi piero =D
Pd: oe el jueves (ayer) estuve en la U. de Lima =D pero de paseo por la expo del manto de Jesus y eso =D