9.22.2010

La Última Resistencia (parte 1)

Dormimos más de lo que hubiéramos querido. Nos despertamos pasadas las nueve de la mañana. Comimos algo rápido y continuamos nuestro camino.
Sin embargo, se nos quitó el malestar de haber perdido el tiempo en cuanto vimos las primeras casas a las afueras de la ciudad de Huancayo. Ya a esta distancia era posible ver como, en lo alto de una colina, se alzaba como una fortaleza el convento del que Clay nos había hablado. Diría que estaba casi al otro lado de la ciudad.
Entonces, ya a mitad de la ciudad, tuvimos que detenernos. Faer se bajó del carro de adelante y nos preguntó qué había sucedido.
-Se nos acabó la gasolina. ¿Ustedes todavía tienen?
-Sí. Me parece que va a ser suficiente para llegar.
-¿Nos pueden pasar un poco? -preguntó Green, con Colita, quien aún dormía, en brazos.
-No sé... -respondió Faer. No quería que pensemos que no le importábamos, pero tampoco quería correr un gran riesgo. Yo lo entendía- Tendríamos que darles la mitad y no sabemos si con eso nos alcance a ambos para llegar.
-Tienes razón -lo respaldé-, podríamos terminar con dos carros tirados.
Incluso si lográbamos encontrar algo de gasolina en los grifos cercanos, probablemente no sería suficiente y nos exponíamos un poco más. Por otro lado, en el convento seguramente tenían reservas del combustible y solo teníamos que esperar. Claro, eso era si había alguien ahí... De cualquier modo, era la mejor decisión para el grupo, por lo que acordamos en que ellos irían al convento y regresarían por nosotros. Prometieron no demorarse.
La abracé en el carro mientras veíamos cómo se alejaban rápidamente. Eran pasadas las tres de la tarde.

***
Manejaba tan rápido como podía en un lugar cuyas calles no conocía. Desde luego, el hecho de que no hubiera otros carros aceleraba la cosa.
Veía como nos acercábamos cada vez más al convento y mis ansias crecían. Sin embargo, la emoción y la preocupación por nuestros compañeros me hicieron manejar más rápido que lo que debía.
-¡Cuidado! -gritó Clay en cuanto doblamos una esquina y chocamos contra unos vehículos que habían quedado varados en medio de la pista y, además, impedían el paso.
Nos encontrábamos ya bastante cerca de nuestro objetivo, pero el sonido del choque había atraído a un grupo de convertidos; varios de ellos salieron de aquellos vehículos.
-Larguémonos de aquí -le dije a Clay mientras sacaba la escopeta. Disparar solo atraería a más de aquellos monstruos, por lo que solo lo haría de ser completamente necesario.
Así, comenzamos una carrera hacia el convento. Una carrera contra los convertidos; una carrera por nuestras vidas y las de nuestros amigos.

9.14.2010

I'm a thousand miles away, but, girl, tonight you look so pretty

Se sentó en la silla giratoria mientras yo cerraba la puerta con seguro y juntaba las cortinas del cuarto. Comenzó a darse vueltas. Me senté en mi cama y me quedé viéndola un rato. Comencé a sonreír como idiota conforme me iba acordando de todo lo que habíamos hecho ese día. El desayuno en la cama, el café después, larcomar después de almuerzo, puesta de sol, pizza junto a los otros dos, playa nocturna, frío, abrazos, risas, otro café.
-¿Qué película vamos a ver? -me sacó de mis pensamientos.
-Uhm... ¿"Amor a distancia"?
-Qué oportuno. Está bien.
Puse la película y me senté a su costado en la cama.
En verdad era graciosa, reímos tanto... Pero yo la vi sabiendo lo que iba a pasar, identificándonos.
Cuando terminó, se había quedado dormida sobre mi pecho. La acomodé y la tapé. Luego me eché de costado y nunca terminé de verla. No sé cuántas horas pasaron hasta que me quedé dormido, pero sé que le susurré:
-Lo lograremos, no te atrevas a rendirte.

9.07.2010

El diario

Me acurruqué en el asiento del copiloto con Colita en mi regazo y saqué un cuaderno cuyas hojas se habían hecho gruesas por haber sido escritas. Brown iba conduciendo.
-¿Vas a retomar tu diario?
-Sí.
-Que lo valga -dijo con una sonrisa y confiando en que así sería.
Pensé en cómo iba a comenzar un momento, mientras acariciaba a Colita. La última vez que escribí fue la noche antes de que abandonáramos la casa de Brown.
"En estos últimos meses, he vivido tranquilamente con Brown. Me ha demostrado lo mucho que me quiere haciéndome vivir de la mejor manera posible en este infierno... Pero no podía seguir haciéndolo, no por siempre.
Enfrentar la realidad tal y como es siempre me ha sido difícil. La verdad es que el mundo que conocíamos ha terminado y no he querido pensar en eso. Solo he pensado en mis alrededores y he vivido cada día sin preguntarme qué vamos a hacer en el futuro, qué va a ser de nosotros, qué va a pasar con la humanidad. El favor de Brown solo prolongó el tiempo que me tomaría pensar en todo esto; se lo agradezco, sé que lo hizo de buena fe, pero ya no hay tiempo para ilusiones, tenemos que definir nuestro destino.
Antes de partir, tuve una conversación con Clay. Casi llorando, me contó que, en el tiempo que estuvieron refugiados en la iglesia, había una mujer embarazada. No tenía ni un rasguño de los monstruos; sin embargo..., el niño nació como uno de ellos. No pude llorar solamente porque el terror me paralizó hasta el último cabello. El terror, la desesperación, la tristeza. Sentí que moría. Iba a decirle, pero continuó antes de que pudiera hablar. Dijo que no sabía qué iba a hacer la raza humana si esto ocurría siempre, pero que si nosotros estábamos vivos era por algo. No importa si parece que no hay esperanza, hay un motivo por el que cada uno de nosotros está vivo..."
Miré a Brown.
"Yo ya encontré el mío".
Luego de varias horas desde que partimos, el cielo se comenzó a oscurecer. Teníamos que decidir si seguiríamos o si nos ocultaríamos hasta el amanecer.
-Yo digo que continuemos, pero hay que preguntarles a Clay y a Faer -dijo Brown haciendo una señal con las luces para que ellos, que iban en el carro de adelante, se detuvieran.
-Brown está cansado -dije yo-, pero puedo reemplazarlo para que podamos seguir.
-Faer también lo está, pero yo no sé manejar -dijo Clay apenada.
-No se preocupen -dijo Brown-. Descansaremos. Busquemos algún lugar donde refugiarnos durante la noche antes de que se haga más tarde.
El lugar estaba literalmente desierto de convertidos, pero no nos queríamos arriesgar. Si incluso uno de ellos nos sorprendía dormidos, podía ser fatal para todos.
Aunque no encontramos ninguna construcción, dimos con varias cuevas, ya que ya nos encontrábamos en la parte de sierra del país. Escogimos una a cuyo fin pudimos llegar y estacionamos ambos carros en la entrada.
Me quedé dormida más o menos tranquila, porque había oscurecido hace ya varias horas y, sin embargo, no habíamos visto a ni un convertido.

9.02.2010

Hay ocasiones en las que me meto mucho en mis pensamientos, sin importar dónde esté. Cuando finalmente salgo, llego a una conclusión: I'm definitely not here.

9.01.2010

Whispers

Los Whispers o Susurros son seres que existen siempre que estén presentes en la mente de al menos una persona, incluso como un ser ficticio. Sin embargo, para manifestarse físicamente, al menos una persona debe creer que el Whisper realmente existe; y mientras más personas crean en él, más fuerte será.
Todos ellos fueron humanos en un principio y se convirtieron en Whispers por voluntad propia, mediante cierto ritual.
Un Whisper en el que nadie cree es como un espectador del mundo, no puede afectarlo de ninguna manera. Es por esto que, antes de convertirse, dejan alguna prueba de que son reales, como una fotografía, una carta o un dibujo.
Deshacerse de un Whisper es bastante complicado. Si bien su cuerpo físico se puede destruir -con menor o mayor dificultad, dependiendo de cuántas personas crean en él-, este se regenerará con el paso del tiempo. Para deshacerse efectivamente de la forma física de estos seres, se debe lograr que la persona o las personas que creen en él dejen de hacerlo y luego cometer suicidio, ya que uno solo puede tratar de destruir aquello que cree que es real. El Whisper no podrá afectar nuestro mundo hasta que alguien vuelva a creer en su existencia. Para deshacerse definitivamente de un Whisper, este debe ser borrado de todas las mentes en la que se encuentre o bien se debe matar a todos aquellos que lo tengan presente en su pensamiento.
Un Whisper está limitado a afectar a y a manifestarse ante solamente aquellas personas que creen en él. Basta que uno crea firmemente, para que el ser pueda manifestar su cuerpo completamente; si hay duda, solo podrá afectar levemente la realidad -dar un golpe a una puerta, empujar un vaso-.
Cuando suficientes personas creen en un Whisper, este puede comenzar a hacer cambios cada vez más fuertes en la realidad; este poder no afecta directamente a los humanos -no puede cambiar el rostro de alguien u obligarlo a hacer algo que no quiera-, pero puede usarse para modificar la percepción temporalmente y para intervenir en los sueños.
La mayoría de Whispers fueron personas enfermas, llenas de venganza o simplemente malvadas, que, por desgracia, hallaron esta forma de hacerse inmortales hasta cierto grado. Sin embargo, al ser conscientes de esta situación, algunas personas decidieron convertirse también, con el único propósito de combatir los intentos por parte de otros Whispers de hacer daño en nuestro mundo. Estos protectores son escasos, ya que uno debe sacrificar su vida para convertirse. Además, pocas personas saben efectuar el ritual y menos aún se atreven a realizarlo.
Existen rituales alternos que someten al Whisper a diferentes condiciones, aunque la idea principal de lo que son estos seres no varía.
***
Saqué esta idea de la saga de Boogeyman y de la película que vi ayer, Candyman. De esta última saqué la frase que me inspiró:
Candyman: I am the writing on the wall, the whisper in the classroom! Without these things, I am nothing. So now, I must shed innocent blood. COME WITH ME!
Probablemente haga una historia (o varias) sobre este concepto más adelante.