8.22.2016

Guernica pt.1

"He visto las señales" dijo el antiguo vampiro, "he visto las señales a lo largo de la historia, una y otra vez, y siempre termina de la misma manera". Frente a él, la inmensurable ciudad gris se erguía con brutalidad. "Una vez llegado este punto, todo ha acabado. No más sol" y el cielo se vio desprovisto de lumbreras, como si toda estrella hubiera muerto en un instante, "no más amor" y un todopoderoso silencio reinó con perpetuidad.

"Ha sido así desde la primera ciudad de Nod, y seguirá así durante las eras, y esto está bien. Así que descansa, ciudad gris. Finalmente puedes hallar reposo sobre las cenizas. Duerme, pues después del amor no queda nada, solo olvido. Así que olvida."

La tierra tembló, los muros se quebraron, las columnas chocaron entre sí sin hacer sonido alguno, y la ciudad ardió en un fuego sin luz. El silencio perpetuo y la oscuridad muerta eran invencibles más allá del entendimiento.

Dos vampiros jóvenes surgieron de la tierra, uno a cada lado del antiguo. "¡Esto es obra tuya, Alaric!" rugió como un trueno la voz del vampiro que había sido un joven hombre, Devin. "Serás juzgado y condenado por nosotros" bramó como el mar enfurecido la voz de la vampiro que había sido una joven mujer, Emma.

Alaric miró confiado a ambos lados, pues no era la primera vez que otros vástagos se le enfrentaban. Había luchado sin esfuerzo contra héroes legendarios de la talla de Arturo Pendragón y Alejandro Magno, y había triunfado sin omisión. Dos neófitos que no llegaban ni a los cien años eran comparables a moscas molestas zumbando a su alrededor. "...Así que sean olvidados".

8.12.2016

Nine in the afternoon

-¿Por qué estamos aquí?

La miré pensativo. Su cabello negro y lacio caía como café derramándose sobre sus hombros.

-Bueno -respondí- había mucha gente en la fogata, así que decidimos...
-Sí, ya sé, pero... Me refiero a que por qué decidimos venir aquí a...
-Por qué viniste, qué te impulsó a seguirme. ¿Eso?
-Sí.

Sus ojos, del tamaño de la luna, eran de doble filo. Por un lado, me explicaban muy claramente cómo se sentía ella; por el otro, me hacían correr el riesgo de perderme en ellos y perder la hilación de mi razonamiento. Finalmente, logré vencerlos. Esta vez.

-Te preocupa que el haberme seguido tenga dos posibles razones: una, la simple y descarada atracción física; y dos, el terrible amor. Te conoces lo suficientemente bien como para saber que no te admitirías besar a alguien solo por atracción física; consideras frívola y vacía una conducta como esa, al punto que ni siquiera te causa curiosidad. Por otro lado, sabes que es muy pronto para estar enamorada; y no solo eso, sino que, además, te aterra la idea de estarlo. Sin embargo, mientras que la primera razón roza la imposibilidad, la segunda simplemente te asusta, pero sabes que es perfectamente posible, aunque quieras negarlo.

Me detuve a verla. Respiraba hondo, pero de manera muy contenida. Los músculos de su rostro se tensaban a propósito para no mostrar expresión alguna. Su falta de movimiento la hacía verse como una estatua de mármol, como si el bosque la hubiera embrujado.

-Tranquila, hay otra razón.

Sentí como todo su ser se relajaba y reí.

-Concuerdo con que la primera razón es imposible, tú no eres así. Respecto a la segunda... No, no me amas, y eso ambos lo sabemos. No podrías estar enamorada de mí tan rápido. Sin embargo..., lo has pensado. No me amas, pero podrías amarme. Y ese estado de potencialidad te pide una respuesta. Respuesta que, a pesar de tu miedo, has venido a buscar. Y yo también. Por eso hemos venido, porque podría...





Entonces logró hacerme callar durante diez segundos.