-¿Qué película vamos a ver? -me sacó de mis pensamientos.
-Uhm... ¿"Amor a distancia"?
-Qué oportuno. Está bien.
Puse la película y me senté a su costado en la cama.
En verdad era graciosa, reímos tanto... Pero yo la vi sabiendo lo que iba a pasar, identificándonos.
Cuando terminó, se había quedado dormida sobre mi pecho. La acomodé y la tapé. Luego me eché de costado y nunca terminé de verla. No sé cuántas horas pasaron hasta que me quedé dormido, pero sé que le susurré:
-Lo lograremos, no te atrevas a rendirte.