11.18.2016

You're like a black cat with a black back pack

"Why don't you just go fuck yourself?"

Ninguno de los dos quería oír eso. Ni de su propia boca ni de la del otro.

Es difícil seguir llamando amigo a uno que te trae de vuelta recuerdos enterrados. Es más difícil aún cuando esos recuerdos vienen caminando a tu puerta, tienen el cabello largo y oscuro, y su boca, seria, no logra evocar completamente el recuerdo de cuando sonreía. Casi lo tienes, casi puedes verla sonriéndote otra vez. Casi. En su lugar, te mira con el ceño imperceptiblemente fruncido. Esto también es algo que solía hacer antes; es la misma cara que ponía cuando se quedaba absorta en ti, intentando descifrar tu expresión, tus ojos perdidos, tu media sonrisa. ¿Qué intenta descifrar ahora?

Qué importa.

Finalmente, ella habla.

-Gracias por tu ayuda.
-De nada. Pasa.

Sientes que tu rostro quiere romper su expresión de piedra y mirar con ira a quien llamas amigo. Él te dice, desde una esquina de la habitación, que tú quisiste esto, que nadie te obligó, y que solo le ofreció la ayuda de ambos porque tú se lo dijiste. Después de todo, él es tú.

Contienes todo lo que quieres decirle a él, porque sabes lo raro que te verías hablándole a una pared vacía. No es que no lo hayas hecho, pero nunca frente a alguien más.

-Puedes sentarte. Voy a... buscarlo.

Desde el otro cuarto, mientras buscas lo que necesita, la escuchas tararear suavemente con los labios cerrados. Estás seguro de que la has escuchado cantar esa canción antes. No la recuerdas con exactitud, pero sabes que si la escucharas cantarla, reconocerías la letra inmediatamente.

Prolongas tu búsqueda a propósito para darle oportunidad a que lo haga, pero solo sigue tarareando. La frustración que ocasiona la falta de palabras solo se añade a todo lo que ya cargas en la mente.

Finalmente, en cuanto te ve volver con tres tubitos de vidrio en una mano, le es imposible contener una ligera sonrisa. Se vuelve hacia su cartera y la abre rápidamente. Al darte cuenta de lo que intenta hacer, te tragas toda tu ira, frustración y nostalgia.

-No. No es necesario.

Ella mira el interior de su cartera por dos segundos antes de voltear lentamente hacia ti. Ese ceño fruncido ha abandonado su rostro y ha dejado en su lugar la más natural expresión de gratitud.

-El mundo se está viniendo abajo... o está a punto de hacerlo. Lo último que necesitamos es egoísmo.
-Siempre decías que esto iba a pasar... ¿Cómo sabías?
-No lo sabía -ríes-, siempre bromeaba.

Ella ríe también. Cientas de imágenes pasadas de aquella misma sonrisa te golpean a la vez y tienes que luchar por mantenerte en ti.

-Escucha, no son antídotos. Una vez infectados, esto no va a servir de nada. Inyéctenselos lo más pronto posible. También ten en cuenta de que si bien esto los hace inmunes a... el virus, las infecciones comunes que puede ocasionar una herida aún son peligrosas. Más aún considerando todo lo que hay en la mordida de alguien... muerto.

Ella asiente varias veces durante tu explicación, como una niña atenta en el colegio. Sonríes, esta vez con ternura, y le entregas los tubitos.

-Gracias.

Sabes que quiere abrazarte con todas sus fuerzas. Sabes también que no lo hará. Pero te regala una gran sonrisa más que recordarás luego, cuando todas las otras cosas buenas de este mundo hayan quedado destruidas. Lo cual estás seguro de que será muy pronto.

Esperas varios segundos luego de que la puerta se cierra tras de ella antes de hablar.

-Eso fue difícil.
-Lo hiciste bien.
-Claro que lo hice... que lo hicimos bien. Ha pasado suficiente tiempo. Estamos perfectamente bien.

Apoyado en la pared, te mira con tu propia media sonrisa.

-Es hora de que nos vayamos también.

Te aseguras de que en tu mochila esté la caja con las vacunas restantes y una bufanda azul a cuadros. Aunque el viaje es largo, el resto de tu equipaje es ligero, pues, a estas alturas, la ciudad es una bomba de tiempo y tú tienes por lo menos dos destinos antes de salir de ella. Tu capacidad para moverte con rapidez va a ser esencial para salvar tu vida y las de los demás.

-Es hora.

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