7.21.2009

Jorge me dijo

Jorge me dijo que Dios me había puesto para que sea líder en mi casa
Jorge me dijo que había tratado con mis papás, pero que ahora estaba preocupado por mi hermana y por mí.
Jorge me preguntó cómo creía que la relación de mis papás me había afectado.
Le respondí que me había hecho indiferente a ellos: sus problemas son SUS problemas, a mi no me metan.
Jorge me explicó que habían tres tipos de conversaciones: cliché -las más superficiales "¿qué tal el colegio?", "¿cómo va la familia?"-, sociales -las más comunes, infinidad de temas "¿viste la vaina esa de anoche?" "sí, pajasa, pero cómo lo hizo?"-, sobre nosotros -las más profundas, las que crean conexión...
Le dije a Jorge que con mi hermana tenía bastante de las dos primeras y de vez en cuando algo de la tercera, con mi mamá igual, pero a ella creo que no le cuento nada, sólo nos bromeamos mucho; pero con mi papá tengo más que nada de la primera, de la segunda algo y de la tercera nada.
Le dije a Jorge que, aunque mi papá me ha hecho confesiones y contado cosas íntimas, a mí nunca me ha dado ganas de contarle cosas a él. Le dije que estaba muy desacostumbrado a conversar así con él. Le dije que no me hacían falta esas conversaciones. Le dije que no creía que me hiciera daño tener una relación así con mi papá.
Jorge me dijo que sí me hacía daño, que me mutilaba relacionalmente (palabra usada por mí porque no me acuerdo de la que usó él) y que el ego es especialista en ocultarnos esas cosas.
Jorge me dijo que me preguntara cómo quisiera Dios que fueran las relaciones con mi familia.
Le dije a Jorge que cada vez que encontraba alguna similitud en mí con mis padres, me disgustaba. Me preguntó por qué. Le dije primero porque no quería perder mi autenticidad, lo que me hace único. Luego pensé un poco y dije que no quería parecerme a ellos porque veo dónde han terminado, y no quiero terminar así. Pasaron unos instantes y confesé que este disgusto me pasaba más que nada con mi papá.
Jorge me dijo que se podía estar equivocando, pero que tal vez yo tuviera un profundo enojo con mi papá.
Yo no dije nada. Pensé que ni cagando estaba enojado con mi papá, él es tan "víctima" de este matrimonio como mi mamá, ¿por qué estaría enojado con él? Fácil me siento incómodo con él, incómodo para socializar mucho, para contarle cosas, ¿pero enojado?
Jorge me recordó que el ego es especialista en ocultarnos esas cosas y me dijo que orara.
Jorge me preguntó para qué creía que Dios me había puesto en esta familia.
Yo respondí que para hacerlos entrar en razón.
Jorge me dijo que saliera de mi mundo cómodo de "conmigo no es" y comenzara a hacer algo por mi familia.
Jorge me dijo que lo único que me pedía por ahora era que orara al respecto.

Jorge es mi pastor.
Esa es mi familia.
Pongo esto aquí para no olvidar ningún punto y para tratarlo como un tema normal, nada íntimo; así se me va a hacer más fácil cuando llegue el momento de hablar con mis papás. Es más, quisiera que lo lean.

Va a ser difícil, incómodo, trabajoso, pero, por lo menos, no va a ser triste ni doloroso.

2 comentarios:

M. dijo...

wow
ojala puedas arreglar todo :)

Azul dijo...

sí, creo que lo estoy logrando, gracias :)