3.13.2011

This is where you become one of us.

La menuda chica fue llevada al salón principal. Había pertenecido a La Familia ya unos pocos años, por eso sabía que frente a ella, sentados en una larga mesa, se encontraban los doce miembros de La Mascarada con sus habituales túnicas negras.

En un extremo se sentaba la de la máscara de pájaro dodo, a su derecha había un asiento vacío, el del extremo de la mesa, pero a su izquierda se encontraba la de la máscara de ciervo. Estas dos estaban muy atentas al evento que ocurriría, a diferencia de la que seguía, la de la máscara de cisne, quien, a pesar de no ser muy notoria, mantenía una actitud impaciente. Le seguía la de la máscara de gato, menuda también. Después estaba la de la máscara de mariposa... reconocida por ser la mano derecha del personaje a su izquierda y casi tan antigua como él. Pero de él hablaremos después.

En el extremo contrario de la mesa estaba sentado el de la máscara de lobo; luego estaba el de la máscara de león. Estos eran los dos más corpulentos de La Mascarada. Les seguía el de la máscara de carnero, más alto que todos, pero su contextura haciendo contraste con la de los dos anteriores. Después estaba el de la máscara de búho, al igual que la de la máscara de cisne, estaba un poco impaciente. Sentado a su derecha estaba el de la máscara de oso panda y, a la derecha de este, el de la máscara de gallo; estos dos también eran conocidos como Los Hermanos de Sangre, ya que habían jurado lealtad el uno al otro. También eran cercanos al personaje a la derecha del de la máscara de gallo.

Sentado en el medio, llevando una máscara blanca sin expresión, se encontraba El Padrino, líder y fundador de La Familia. Había inspirado su visión en los cientos de miembros de la sociedad y era respetado por todos. Gracias a él estaban todas estas personas reunidas con un solo fin en mente: la magia.

El resto del salón era llenado por los demás miembros, todos con túnicas negras, pero sin máscaras. La chica que había sido llevada ahí estaba entre estos y La Mascarada. El Padrino se levantó de su asiento.

-Buenas noches a todos, espero que estén bien. El motivo de esta reunión es bueno, no hay nada de que preocuparse -rió-, pueden sacar esa expresión de sus rostros, muchachos -se oyeron algunas risas-. Como saben, los miembros de La Mascarada son elegidos tanto por desempeño como por confianza y amistad... Hoy, tras deliberar, hemos elegido a la que será la última miembro de esta. Por favor -se dirigió a la chica con voz amable-, acércate.

La chica, confiada ahora, se acercó y le fue entregada una máscara de liebre. Ella la apreció un par de segundos, la tomó entre sus manos, la puso sobre su rostro y amarró el lazo.

-Ahora eres una de nosotros.

La chica se volteó de manera que quedó frente a frente con el resto de La Familia, quienes comenzaron a aplaudir.

-Recuerden, sin embargo, que todos somos una gran familia. Por ahora nadie sabe quiénes somos, pero nuestro día llegará. La magia será posible y viviremos como reyes, solo crean y permanezcan juntos. Nuestro esfuerzo rendirá frutos a su momento. Gracias por estar con nosotros, pueden retirarse. Cuídense.

Así de corta fue la ceremonia. Luego todos se retiraron a seguir con sus labores y estudios. El enorme y elegante salón iluminado por innumerables candelabros quedó en silencio y desierto, a excepción de La Mascarada. Liebre ocupaba ahora el lugar vacío al lado de Dodo.

-Ya era hora -le dijo esta. Liebre asintió mirando al Padrino.
-Tú sabes que has sido nuestra amiga desde hace mucho tiempo, solo teníamos que esperar a que aprendas lo básico de la teoría mágica... ya sabes, formalidades -dijo el líder en tono amable.
-Bueno -dijo Félin, la de la máscara de gato- ya terminamos la ceremonia y el estudio de hoy, ¿qué hacemos?
-¿Jugamos Rápido? -dijo Panda.
-Yo voy a descansar -respondió Cisne.
-Sí, yo también -dijo Búho al mismo tiempo que ambos se paraban.
-Ustedes van a jugar Rápido en la cama -dijo El Padrino.
-Oye, Búho -lo detuvo Gallo-, pídenos una pizza, ¿sí?

Mari, Mariposa, comenzó a repartir las cartas.

No hay comentarios: